Un estadio vacío para Nicolás Maduro

5:00 pm. Ante 40 mil butacas desocupadas, el presidente Nicolás Maduro hace el acto oficial de entrega del Estadio Monumental de Caracas, “Simón Bolívar”, eso el jueves 2 de febrero. El equipo le tiende un gesto dejándole batear algunas pelotas ante el imponente escenario… vacío. Todo aguarda, horas más tarde, el juego inaugural de la Serie del Caribe 2023 entre Leones de Venezuela contra Federales de Panamá, un encuentro al que ya arrancado el mandatario asiste, eso sí, sin ser anunciado en el sonido local. ¡Para qué exponerlo!

Nicolás Maduro disfruta del partido desde su palco presidencial, en lo alto, uno al que solo tienen acceso los altos funcionarios del gobierno (como en todos lados); y desde ahí saluda la gente, y aunque en las redes sociales circuló un video en el que se le cantaba “¡este gobierno va a caer!”, esa escena nunca ocurrió. Fue fake (eso sí, monumental). No podría haber sucedido aquello en un escenario tan controlado, una puesta en escena para que disfrutara de la vista y del juego de la pelota, como desde hace 10 años, lo que lleva como presidente.

Dicen los periodistas venezolanos que el presidente Maduro prefiere mantener un perfil bajo, contrario a su antecesor y mentor político, Hugo Chávez (28 de julio, 1954- 5 de marzo, 2013), un ferviente seguidor de los deportes por su pasado en el diamante; algunos cuentan que el fallecido político pudo haber firmado como pelotero profesional.

No se quedó para ver la victoria de su equipo. Momentos después de la retirada de Maduro del estadio, Leones del Caracas ratificó su candidatura al título del Clásico Caribeño, iniciando con una victoria de 5-2 sobre los Federales de Chiriquí. Terminar este estadio tomó más de 10 años, desde la presentación del plan maestro en 2013, uno de los varios estragos, de las varias crisis que desde el 2017 vive una escalada con la hiperinflación, creciente pobreza y delincuencia que no encuentra límites.

Inicialmente, el Monumental de Caracas llevaría el nombre de Hugo Chávez, luego no, que mejor Estadio Isaías “Látigo” Chávez, uno de los lanzadores favoritos del expresidente, hasta que finalmente fue bautizado Estadio Monumental de Caracas, “Simón Bolívar”; de estar vivo Chávez, no podría llevar otro nombre. ¡Faltaba más! Y no se sabe cuánto costó, pero es una joya para el jugar al beisbol, símbolo de una forma de gobernar; además, 35 mil 691 personas acudieron a la jornada inaugural, un récord para un juego de la Serie del Caribe.

El futuro del parque no está claro; su lejanía del centro de Caracas lo hace un problema, uno grande, también el costo del mantenimiento y quizá por eso es posible que el equipo Leones siga jugando en el Estadio Universitario de la Universidad Central de Venezuela, un inmueble que ha resentido el paso de los años, pero que poco puede mejorarse por su declaratoria como patrimonio Mundial de la Humanidad emitido por la Unesco en el año 2000. Pero no se sabe; si Maduro quiere, será lo que tenga que ser el “Simón Bolívar” de Caracas. Así sea vacío.