La fotografía de Mesut Hancer se ha hecho viral, se trata de un padre que sostiene la mano de su hija Irmak, de 15 años, que murió en el terremoto en Kahramanmaras, cerca del epicentro del sismo que destruyó Turquía.
Los equipos de rescate de Turquía y Siria se enfrentaron a un clima gélido, réplicas y edificios derrumbados mientras buscaban sobrevivientes sepultados por un terremoto que mató a más de 5.000 personas.
La población local reza por milagros mientras intensifican los esfuerzos de rescate en las regiones sur afectadas por el terremoto. Los casos de Nour y Miran, los niños milagro rescatados entre los escombros, han dado esperanza a los afectados.
La ciudad portuaria de Iskenderun, en la provincia de Hatay, es una de las zonas más afectadas. El fotoperiodista, Serdar Ozsoy, describe el daño como tan generalizado que los equipos de rescate no pueden organizarse de manera efectiva.
Gerger, un voluntario en la zona, y su equipo treparon por una ventana de un hospital de veterinaria en el primer piso de un edifico para rescatar animales atrapados.
También intentaron que una familia de refugiados abandonara su departamento del tercer piso, sin lograrlo, todo terminó en tragedia cuando el edificio se derrumbó poco después.
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La población local dice que muchos edificios no fueron construidos según los estándares requeridos para resistir terremotos, y nunca fueron inspeccionados adecuadamente.
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